Futuro imperfecto

En la descripción semántica del futuro simple (también denominado imperfecto) en español encontramos una larga lista de usos y valores:

  • Cumpliré mi palabra > promesa
  • Te recuperarás muy pronto > expresión de buenos deseos
  • Te arrepentirás > amenaza
  • Le pedirás perdón > orden
  • Un poco de limonada te sentará bien > recomendación
  • Te harás daño > advertencia
  • Me disculpará usted > disculpa
  • No te lo tendré en cuenta > exculpación
  • Si debe permanecer de pie, se sentará diez minutos cada hora > prescripción
  • El acusado cumplirá diez años de prisión mayor > condena

A esta variedad de usos, todos ellos con una referencia temporal futura, se añaden otros que referidos al momento presente, expresan una suposición o conjetura:

  • Pensará que somos tontos > suposición
  • Llaman a la puerta. Será el cartero. > conjetura

Victoria Escandell-Vidal argumenta en una serie de publicaciones que lo que parece una larga lista irrestricta y casi arbitraria de usos y valores, en realidad no lo es(1):

💬 El futuro simple indica la falta de acceso perceptivo directo del hablante a la eventualidad que refiere, por lo que su contenido debe verse como fruto únicamente de un proceso mental interno.

La adquisición por parte de los hablantes de castellano del futuro en todos sus usos y valores es relativamente tardía e incompleta. De acuerdo con numerosos estudios, el futuro simple se adquiere en primer lugar como un recurso lingüístico para expresar conjetura, y se usa de manera coherente con este valor a partir de los 4 años. Para hablar sobre el porvenir y referirse a sus planes, los niños utilizan desde los 3 años de manera consistente el presente de indicativo y la perífrasis ‘ir a + infinitivo’.

Distribución de formas para hacer referencia al porvenir en el habla de niños españoles de 4 a 10 años (Sánchez Canales, 2018)

La preferencia por otras formas de expresión de futuridad diferentes del futuro simple se mantiene en el habla de los adultos (con diferentes grados), y es común a todos los hablantes en el dominio hispánico

Distribución de la perífrasis ‘ir a + inf’ y el futuro simple para indicar futuridad (datos tomados de Sedano, 2006)

Los usos comunes y de adquisición temprana son, pues, los conjeturales, los concesivos y, aunque en menor medida, los de referencia futura:

  • Será el cartero.
  • Ganará mucho, pero es tonto.
  • Lo sabremos mañana.

Los usos que se aprenden de manera formal, tardía e incompleta son los de orden, los de necesidad lógica y los de obligación reglamentaria:

  • No matarás.
  • Si dos ángulos equivalen a uno recto, el otro será…
  • La inspección será competencia del Ministerio.

Estos usos de adquisición tardía e incompleta no se aprenden antes de los 12 años y están siempre ligados a la instrucción formal.

¿Qué es, por tanto, el tiempo futuro? ¿Y cómo lo refleja la lengua española?(2)

Las formas flexivas del futuro latino (AMABO, ‘amaré’; MONEBO, ‘advertiré’; DUCAM, ‘llevaré’; CAPIAM ‘capturaré’; AUDIAM, ‘oiré’) corresponden a una visión factual del futuro, es decir, a un futuro que concibe los acontecimientos del porvenir como hechos ciertos, prefijados de antemano, ya decididos, ya establecidos.

💬 Lo que está por venir es inevitable y cierto, aunque desconocido para el común de los mortales. Los humanos no tienen acceso a los acontecimientos de ese tiempo (como tampoco lo tienen a los que ocurren en parajes lejanos), pero ello no hace que las eventualidades que se sitúan en él sean menos ciertas y determinadas (…) Por ello, el mundo antiguo es un mundo de augures y adivinos, de sibilas, oráculos y profetas,

Pero este uso factual lo encontramos sobre todo en las órdenes vinculantes y eternas de los diez mandamientos (Amarás a Dios sobre todas las cosas, No matarás), en el discurso científico (Si dos ángulos equivalen a uno recto, el otro será…), o en los textos legales (La inspección será competencia del Ministerio, Un globo cautivo deberá llevar tres fanales colocados verticalmente).

Encontramos, en cambio, matices modales en los usos que solemos llamar temporales, pero en los que lo que se hace es una estimación de lo que es probable que ocurra (Mañana lloverá, Se llevará un disgusto), y en los que el futuro funciona como una indicación sobre la evidencia de falta de percepción directa en los usos conjeturales (¿Quién llama? Será el cartero).

A diferencia de la metáfora de un tiempo que avanza de manera inexorable desde el pasado hacia el futuro como una flecha, y de una visión factual de ese futuro que concibe los acontecimientos del porvenir como hechos ciertos ya establecidos, el futuro simple en español tiene una semántica de tipo evidencial, como indicador de que la única fuente de acceso del hablante es un proceso inferencial, no perceptivo. Esta indicación puede proyectarse bien hacia un tiempo venidero (usos temporales), o bien hacia un espacio distinto (uso conjetural).

En publicaciones destacadas en la década de 1970, Herbert H. Clark(3) y Elizabeth C. Traugott(4) argumentaron que los sistemas temporales en el lenguaje se derivan de los sistemas espaciales. El tiempo en la lengua funciona en sentido topológico, no métrico.

💬 el niño adquiere las expresiones espaciales en inglés aprendiendo cómo aplicarlas a su conocimiento previo sobre el espacio, y a su vez las expresiones temporales al extender los términos espaciales como una metáfora sobre el tiempo. La principal evidencia de esta tesis es la fuerte correspondencia entre las propiedades de los términos espaciales y las propiedades del aparato perceptivo innato de las personas, y entre las expresiones espaciales y temporales del inglés.

No es por tanto una sorpresa que los mundos alternativos, desde la Isla Utopía de Tomás Moro hasta los viajes por el espacio,hayan estado vinculados con preferencia a otros lugar y que el uso del futuro en la ciencia ficción sea (en parte) el resultado de una exclusión forzada de los paraísos terrenales. En la Tierra ya no queda espacio para la especulación, o muy poco.

La relación y ambigüedad espacial y temporal en el lenguaje tiene una profunda conexión(5):

💬 Las personas a menudo hablan sobre el tiempo usando un lenguaje espacial (por ejemplo, unas vacaciones largas, un concierto corto). ¿Piensa también la gente en el tiempo usando representaciones espaciales, incluso cuando no están usando el lenguaje? Los resultados de seis experimentos psicofísicos revelan que las personas no pueden ignorar la información espacial irrelevante cuando emiten juicios sobre la duración, pero no al contrario. Este patrón, que está predicho por la asimetría entre el espacio y el tiempo en las metáforas lingüísticas, se demuestra aquí en tareas que no involucran ningún estímulo o respuesta lingüística. Estos hallazgos proporcionan evidencia de que la relación metafórica entre espacio y tiempo observada en el lenguaje también existe en nuestras representaciones más básicas de distancia y duración. Los resultados sugieren que nuestras representaciones mentales de cosas que nunca podemos ver o tocar pueden estar construidas, en parte, a partir de representaciones de experiencias físicas en la percepción y la acción motora.

La representación y la relación del hablante con el futuro en diferentes lenguajes es diferente. El inglés, por ejemplo, no tiene un tiempo futuro flexivo, sino que utiliza una variedad de medios gramaticales y léxicos para expresar significados relacionados con el futuro, que incluyen auxiliares modales como will y should, y el uso del presente (continuo) ‘I’m playing football tomorrow’. En este sentido es atípico en comparación con el francés, el italiano o el español. El chino mandarín tampoco tiene tiempo gramatical. El tiempo de la acción queda recogido por el contexto o el uso de adverbios.

Pero ¿influye la representación del tiempo en el lenguaje en la percepción de sus diferentes hablantes sobre el futuro? Todo apunta que no de una manera determinante, más si cabe en una sociedad cada vez más (por el momento) globalizada e influida por imágenes que viajan a la velocidad de las redes (con el permiso de los dictadores del momento), pero esta relación entre lenguaje y cultura continúa siendo objeto de estudio y especulación, y es desde luego una constante fuente de inspiración.

Como sugiere Vitoria Escandell(2), el uso del futuro en español es más consistente con la idea del jardín de senderos que bifurcan de Borges, que con la historia de tu vida (la película La llegada) de Ted Chiang.

La representación ramificada del futuro

En el porvenir sólo hay mundos posibles, en paralelo, como los que existen en nuestra imaginación, la especulación, la contrafactualidad(6).

💬 Lo que todo esto indica es que es posible concebir el futuro dentro del área de las distinciones modales referidas a un mundo posible en el que están contenidos los deseos, las intenciones o los acontecimientos programados. Aceptar esta perspectiva supone excluir al futuro del sistema temporal: las diferencias entre pasado y presente son diferencias de tiempo, mientras que las que existen entre pasado/presente y futuro son diferencias de modo.

No todo el mundo está de acuerdo, claro.

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(1) Escandell-Vidal, María Victoria. ‘Simple Future of Spanish. Natural System Versus Cultivated Uses’. Verba Hispanica 26, no. 1 (2018): 15–33. https://doi.org/10.4312/vh.26.1.15-33. (Licenciado bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0 International License).

(2) Escandell-Vidal, Victoria. VISIONES DEL FUTURO, 2018. https://doi.org/10.13140/RG.2.2.21163.95522

(3) Clark, H. H. (1973). Space, time, semantics and the child. In T. E. Moore (ed.), Cognitive Development and the Acquisition of Language (New York: Academic Press).

(4) Traugott, E. C. (1978). Spatio-temporal relations. In J. H. Greenberg (ed.), Universals of Human Language, Vol. 3 (Stanford, CA: Stanford University Press).

(5) Casasanto, Daniel, and Lera Boroditsky. ‘Time in the Mind: Using Space to Think about Time’. Cognition 106, no. 2 (2008): 579–93.

(6) Escandell Vidal, María Victoria. ‘Futuro y Evidencialidad’. Anuario de Lingüística Hispánica, no. 26 (2010): 9–34.

Imagen destacada: Jorge Luis Borges vs. Ted Chiang

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Peñuelas dice:

    No sé que pensaría Don Immanuel de los giros que le dan a sus aprioris pero las ideas de este artículo son maravillosamente futuroanárquicas

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    1. Paco Jariego dice:

      Lo son. Hay que encontrar a esa chica Escandell, e invitarla a participar en ese curso de brujería ciencia ficcional futurista que estás alumbrando…

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